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Si alguna vez habéis estado en la turística ciudad de Benidorm seguramente habréis visto la pequeña isla que se encuentra mar a dentro, en línea recta desde el Balcón del Mediterráneo. Este islote, llamado la Isla de Benidorm, es uno de los símbolos más antiguos de la ciudad ya que se puede divisar desde cualquier punto de la bahía.
Desde Fun&Quads queremos proponeros una divertida excursión a la isla, que es un requisito indispensable si vas a pasar unos días en la ciudad y quieres conocer una parte diferente y poco conocida. ¡Pasarás un día inolvidable!
Índice de contenidos
¿Cómo llegar a la Isla de Benidorm?
Para llegar a la isla tenéis varias opciones, dependiendo del tipo de excursión que estéis buscando. Como primera opción, y las más sencilla si vas con toda la familia, es ir en barco. Estos salen del puerto y desde el Rincón de Loix. Lo hacen cada hora desde las 10:00 en verano. Si queréis confirmar bien los horarios os recomendamos llamar a la oficina de turismo.
La compra del ticket incluye el trayecto hasta la isla (de unos 15 min.) y visión submarina desde el barco antes de atracar en la isla. Además, una vez estés en la isla también puedes ver el mundo marino desde un barquito amarillo que parece una especie de submarino. Las vistas son increíbles.
Si quieres disfrutar del Mar Mediterráneo, otra opción es ir en lancha con una empresa de submarinismo para hacer allí inmersiones. También puedes alquilar una moto de agua o incluso ir remando en kayak, aunque se puede hacer un poco cansado ya que hay 4km desde la costa.
¿Qué ver y hacer en la Isla de Benidorm?
Lo primero que debéis saber es que la isla no está habitada y tan solo tiene una construcción: un restaurante que recibe a las visitas que llegan en barco.
Una vez desembarquéis os encontraréis con un pequeño sendero sin dificultad para llegar a la cima donde está el faro. Aunque es sencillo, es imprescindible calzado deportivo. Recordad que debéis respetar la delimitación del camino ya que la isla es parte de un Parque Natural protegido.
La visita se puede hacer fácilmente en 2 horas, pero os recomendamos ir con tiempo para poder disfrutar de la tranquilidad de la isla y ver tanto su lado terrestre como marino. Lo mejor es que exploréis la isla y disfrutes de las vistas que ofrece al skyline de Benidorm.
Por otro lado, desde la única cala que hay en la isla sale una pequeña ruta de snorkel y buceo que llega hasta un arco rocoso. Con aletas es muy fácil de hacer, pero hay que asegurarse de estar siempre por dentro de las boyas. El agua es totalmente clara, por lo que podréis vislumbrar el fondo marino de manera asombrosa.
Por último, os recordamos que no olvidéis llevar escarpines para poder andar o bañarte en la cala sin problemas.
Leyendas y mitos de la isla de Benidorm
Para terminar este artículo os contaremos algunas de las curiosas leyendas que explican la aparición de este islote en medio del mar, aunque todas tienen el mismo origen. De esta manera si visitáis la isla tendréis una visión mucho más amplia sobre el lugar.
Algunos cuentan que la isla es la hendidura que le falta a la montaña del Puig Campana. El Rey Jaime I estaba en la cima de la montaña a lomos de su caballo, cuando el animal dio una coz que partió la montaña y mandó el pedazo roto en mitad del mar, convirtiéndose en la isla.
Otro de los mitos trata sobre el gigante Roldán, que enamorado de su amada cortó un trozo de la montaña para que a través de él pasaran los rayos de luz e iluminaran más tiempo a Alda, quien moriría tras la puesta de sol debido a una maldición. Hay quienes incluso hablan de la llegada de los extraterrestres hace siglos al Puig Campana, los cuales mediante potentes rayos láser cortaron parte de la montaña y lo arrojaron al mar, y ese hueco de la montaña sería donde establecerían su base.
Para arrojar un poco de luz sobre estas fábulos, los geólogos establecieron que es imposible que el peñón de Benidorm tenga su origen en la montaña del Puig Campana, ya que las rocas que la conforman tienen orígenes y edades distintas, pero la verdadera procedencia de la isla tiene que ver con otra montaña, la Sierra Helada, a la que pertenecía la isla antes de que se hundiera el brazo terrestre que los separaba.
